La aparición de una enfermedad, sea ésta aguda, crónica o terminal, no solo afecta a la persona enferma, sino que también lo hace a la familia que convive con ella, ya que puede representar un problema tanto en su composición como en la manera que tiene de funcionar.
Los cambios que se producen en la familia, relacionados con la enfermedad, no siguen un patrón específico, siendo una serie de factores los que influyen en la forma de reaccionar de todos y cada uno de sus miembros. Se pueden destacar los siguientes.
- La posición que ocupa el miembro de la familia que sufre la enfermedad, siendo diferente el impacto en el caso de ser el padre, la madre, o los hijos
- El ciclo vital de la familia, es decir el momento en que surge la enfermedad.
- La rigidez o flexibilidad de los roles familiares. En muchas ocasiones, los roles familiares deben cambiar ante una enfermedad. Esto implica que las familias más rígidas pueden tener más dificultades para enfrentarse a la enfermedad puesto que son incapaces de asumir ciertos cambios.
- La cultura familiar. El conjunto de valores, creencias y costumbres que comparten los miembros de una familia, influyen en la evolución y la afectación de la enfermedad.
- Nivel socioeconómico de la familia. El impacto de una enfermedad será mayor en una familia con escasos recursos económicos que en otra con mayor poder adquisitivo.
- El grado de comunicación entre los miembros. El impacto será más negativo en las familias en las que el silencio y el ocultismo sea una característica, que en aquellas otras en las que se hable tanto de la enfermedad como de lo que está afectando la misma en todos y cada uno de los miembros de una manera clara y natural.
- La capacidad de la familia para resolver problemas o conflictos.
- …
Todos estos factores y otros tantos no detallados influyen sobremanera en la respuesta de la familia ante una enfermedad. En numerosas ocasiones, cuando en el transcurrir del tiempo, el equilibrio del sistema familiar no se alcanza, se producen situaciones graves tales como:
- Conflictos en la pareja que llevan a la separación.
- La persona que cuida al enfermo, se descuida a sí misma y comienza un deterioro físico y psicológico importante que afecta sobremanera a sí misma y al resto de los miembros.
- Luchas entre los diferentes subsistemas dentro del sistema familiar por el poder y el control de la situación.
- Sentimientos de culpa por parte del enfermo o del alguno de los miembros.
- Alianzas, coaliciones, chantajes… cuando no se ha sabido negociar bien los roles que deben de asumirse en esta etapa.
- …
La aparición por lo tanto de una enfermedad en uno de los miembros de la familia, se puede considerar como el estallido de una crisis, en la que es necesario actuar, dada la desorganización del sistema familiar que provoca. En muchos casos, las familias se ven desbordadas ante situaciones de este tipo y no saben cómo hacerlo. Es entonces cuando es conveniente ponerse en manos de un profesional externo, bien sea un coach familiar, un terapeuta familiar y/o un psicólogo que desde el punto de vista sistémico ayude a la familia a generar mecanismos de regulación que permita a todos sus miembros a seguir funcionando de la manera más óptima y equilibrada posible.
Mercedes Melgar
Coach Certificado
Terapeuta familiar en PNL
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