«Ni siquiera el mejor explorador del mundo hace viajes tan largos como aquel hombre que desciende a las profundidades de su corazón.» Julien Green.
Detente unos minutos y mira hacia dentro de ti. Conecta contigo para descubrir una vez más que sigues vivo. Conecta contigo para saber cómo estás y qué necesitas. Conecta contigo para ver qué es lo que quieres mantener y/o modificar y así poder lograr una mayor satisfacción con tu vida. Conecta contigo para recordarte las numerosas cualidades positivas que posees y valorar todo aquello que has logrado gracias a ellas.
Detente unos minutos y mira hacia dentro de ti. Escucha qué es lo que te dice tu corazón. Identifica qué emociones está sintiendo y, sin negarlas ni juzgarlas, recógelas con cariño y escucha qué es lo que tienen que decirte. Acepta esas emociones y no trates de evitarlas o eliminarlas de cualquier manera. Recuerda, que no hay emociones malas ni buenas, sino que todas existen por alguna razón. Todas ellas nos muestran algo y es importante descubrirlo. Pero si no te detienes y las escuchas, no descubrirás esa información tan valiosa que pueden ofrecerte.
Como dice Carl Jung “Quién mira hacia fuera, sueña; y quién mira hacia dentro, despierta”. Y sí, despertamos, despertamos porque mirando hacia dentro, descubrimos quienes somos realmente: cómo somos, cómo actuamos en diferentes situaciones, cómo nos sentimos y qué necesitamos. Mirando hacia nuestro interior nos damos cuenta de qué es lo mejor para cada uno de nosotros y de cuáles son los recursos de los que disponemos (esos que siempre han estado ahí y que aún no hemos descubierto).
Detente unos minutos y mira hacia dentro de ti. Es muy importante detenerse en el camino, tanto física como mentalmente, para conectar con uno mismo. Da igual el lugar o lo que estés haciendo. Lo importante es que conectes con el silencio, que dirijas la atención hacia tu ser y tu esencia, hacia tu corazón, y te dediques a escuchar. No tengas miedo. Conocerse a uno mismo es mucho mejor que vivir en el engaño o en la ignorancia. Sólo así serás capaz de entenderte, cambiar aquellos aspectos que quieras cambiar, aceptarte, y lograr por fin, quererte tal y como te mereces.
Recuerda que para poder ver cambios afuera, es necesario empezar desde dentro, desde nosotros mismos, y que la mayoría de las veces estamos tan pendientes de lo que pasa a nuestro alrededor (las personas de nuestro entorno, el trabajo, el mundo en general…) que se nos olvida lo que pasa en nuestro interior, se nos olvida cuidar de ese compañero de viaje que puede ser realmente maravilloso.
Detente unos minutos, mira hacia dentro de ti, y despierta.
¿Qué descubres?
Mercedes Casado
Psicóloga col. nº22371